Que los videojuegos son adictivos ya lo sabíamos. Que hay juegos extremadamente violentos y que además son jugados por menores, tampoco es novedad. La novedad de la que esta semana queremos hacernos eco es del llamamiento que un grupo de profesores malagueños ha querido hacer sobre el juego de moda, el Fornite, ya que han podido constatar que el rendimiento académico de sus alumnos más activos en este juego ha bajado considerablemente.
Hasta tal punto ha llegado la situación que los docentes del Colegio El Limonar han enviado una circular a las familias advirtiendo de que el videojuego «dificulta el autocontrol» y genera una «normalización de conductas agresivas» así como «un incremento de problemas de atención».
Según hemos podido saber, una de las orientadora del centro ya advirtió a los padres antes de que acabara el año de los peligros que conllevaba la obsesión con el citado juego. En la carta que han elaborado lo dicen bien claro: «Llevamos un tiempo observando en nuestro alumnado de Secundaria y del último ciclo de Primaria comportamientos y conductas que nos preocupan y que alarmantemente van cada día en aumento, provocando un deterioro significativo en su rendimiento académico, en su capacidad de autocontrol y en las relaciones con sus iguales. El contacto diario con nuestros estudiantes nos enciende una señal de alarma, un patrón que se repite en la mayoría de los casos y del que sólo una minoría escapa» . ¿El responsable de esta situación? Según el Colegio El Limonar, encargado de distribuir esta misiva entre las familias, está claro: Fortnite.
«En estos momentos existe un videojuego que está causando furor en los chicos, el efecto Fortnite está arrasando entre los pequeños y mayores de la casa. Su temática no es especialmente novedosa, pero reúne una combinación de elementos que lo hacen más adictivo. Además, a su fácil acceso se une el impulso que están dando al juego famosos youtubers, ídolos de pequeños y adolescentes, que llevan meses hablando del tema consiguiendo que los pequeños que no juegan se puedan llegar a sentir los raros del grupo», advierte la orientadora.
El impacto del mensaje ha sido tal que la circular no se ha quedado solo en el ámbito interno del centro si no que, a través de diversos grupos de Whatsapp, se ha ido reenviando por toda la provincia malagueña y ya está empezando a salir de ella.
Pero, ¿Por qué engancha tanto a los menores?
-Es gratuito. «La razón por la que los jugadores se multiplican de forma exponencial radica por un lado en su gratuidad y, por otro, en que esté accesible desde distintas plataformas: consolas, PC y dispositivos móviles .
– Estética infantil: Su estética es menos sangrienta que la mayoría de los juegos de lucha, con armas menos reales y efectos más propios de dibujos animados. Eso hace que los padres sean menos cautos a la hora de controlar este juego a sus pequeños». «Y aquí estamos ante un primer problema: este juego está recomendado para mayores de 12 años, sin embargo sabemos que en nuestro colegio, alumnado de toda Primaria, incluyendo a los más pequeños, con escasos 6 años, están pasando su tiempo de juego con estas herramientas», alerta la orientadora del centro educativo.
¿Qué peligros directos puede conllevar?
–Bajada del rendimiento escolar: «Tiene un componente adictivo muy alto que atrapa a los menores y les resta el tiempo que deberían dedicar a otras actividades adecuadas para su edad, como leer o hacer deporte».
– Interacción constante con desconocidos: «Cualquiera puede hablar con el menor y los padres, al no relacionar el juego con un chat o red social, no están tan alerta. Ello deja la puerta abierta a que aparezca el ‘grooming’ (término que se utiliza para describir la forma en que algunas personas se acercan a niños y jóvenes para ganar su confianza, crear lazos emocionales y poder abusar de ellos sexualmente)».
Con estas cartas sobre la mesa, desde el colegio El Limonar instan expresamente a las familias a que controlen el uso que hacen sus hijos de este (y otros) videojuego: «Día a día crece la escasa tolerancia a la frustración en nuestro alumnado, la dificultad de autocontrol, la normalización de conductas agresivas, así como los problemas atencionales que están interfiriendo en un correcto desarrollo académico. Por ello, os recomendamos que establezcáis una serie de límites claros con vuestros hijos, que controléis el tiempo de acceso a las pantallas y que conozcáis y superviséis los juegos que utilizan en su tiempo libre», concluye el escrito.
Desde MiraDA no queremos satanizar los videojuegos pero sí recordar que todos los juegos deben estar siempre adaptados a la edad y necesidades de quien juega y nos sumamos así al llamamiento hecho por este grupo de profesores.