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Cuidar la salud de nuestro intestino es fundamental para nuestro bienestar

Después de unas semanas de excesos, comidas copiosas, horarios poco regulados, exceso de bebidas carbonatadas, … necesitamos una depuración y preparación de nuestro organismo para el nuevo curso que empieza. La salud de nuestro intestino es uno de los pilares de nuestro bienestar y por ello queremos daros algunas nociones y consejos para que en septiembre empecemos a punto.

¿Qué es el aparato digestivo?
El aparato digestivo es un tubo largo, de hasta 6 metros de longitud, y tiene una superficie de absorción que se ha estimado en 250 metros cuadrados. Esto significa que si desplegamos todo ese tubo, lo estiramos, lo abriéramos y desplegamos todos los pliegues del estómago, del intestino delgado, del intestino grueso y todos los plieguecillos microscópicos en una superficie bidimensional, podríamos crear una alfombra que tapizaría la superficie de un campo de tenis.

¿Por qué es tan importante el intestino?
Por las funciones que tiene en la limpieza y detoxificación del organismo y en la asimilación de nutrientes. Podemos decir que la salud del intestino es la salud del organismo. Y además, enfermedades que están alejadas del intestino se ven afectadas por éste, de manera que si no mejora la salud intestinal es difícil que mejoren estas enfermedades.
El intestino está relacionado también con estructuras importantes del organismo, por lo que las afecta y se ve afectado por ellas. Por ejemplo, las glándulas relacionadas con el proceso digestivo, como son las glándulas salivares o las dos grandes glándulas; el páncreas y el hígado. Por su desarrollo embriológico, el intestino comparte un origen común con otras estructuras como son la piel, la mucosa respiratoria o la glándula tiroidea y por eso a lo largo de toda la vida mantiene una relación con estas estructuras o estos tejidos. Por eso es tan frecuente encontrar a personas que tienen alteraciones intestinales y además asma y dermatitis, por ejemplo. El intestino está muy relacionado con el sistema nervioso central a través de todos esos nervios que crean el eje cerebro-entérico o entero-cerebral, y por esto el tubo digestivo se ve muy afectado por el estrés a través de este eje entero-cerebral.

¿Cómo cuidar el intestino?
Como veis es muy importante tener una buena mucosa intestinal y una buena salud digestiva. Si visualizamos un jardín descuidado, primero, limpiamos y eliminamos toda esa maleza, luego arreglamos el terreno, lo movemos para que se oxigene y por último sembramos.. Esto es lo que hay que hacer con el intestino también. En la base del tratamiento o la rehabilitación de la salud intestinal va a estar la dieta siempre, porque va a cubrir las necesidades de las distintas fases. Pero la dieta no como un régimen estricto, sino como un modelo nutricional, un modo de comer sostenible a largo plazo. La dieta va a ayudar a limpiar a través de la hidratación, a través de la eliminación de alimentos que son tóxicos o inflamatorios, como los famosos 3 blancos: leche, harina refinada y azúcar; va a ayudar a reparar las células intestinales aportando los nutrientes que tienen; y va a ayudar, también, a fomentar el equilibrio de la flora intestinal mediante los pre y los probióticos. Eso de base siempre.

Primera fase: limpiar. Para limpiar hay que eliminar todo lo que es tóxico para el intestino, y para ello se puede fomentar el sistema de detoxificación del intestino y de los grandes envoltorios como son la piel, el hígado y el riñón. Se puede hacer a través de la dieta, de baños de agua con sal, que ayuda a eliminar toxinas a través de la piel, y se puede suplementar con alimentos o plantas, que potencian los sistemas de depuración como la chlorella, la alcachofa, la garcinia, el nopal, el psyllium que favorecen el tránsito intestinal.

Segunda fase: reparar la mucosa intestinal y aportar los nutrientes que necesitan las células intestinales ¿Qué necesitan? Alimentos ricos en ácidos grasos esenciales omega 3, vitamina D, aminoácidos, vitamina A, las vitaminas del grupo B, C y E, y minerales como el hierro, el calcio, el zinc, el magnesio o el selenio o el cromo.

Tercera fase: resembrar y aportar todo aquello que necesitan las bacterias para recuperar su equilibrio: alimentos ricos en fibra, fructooligosacáridos, probióticos, alimentos que aportan un extra de bacterias. Aquí se puede incluir, por ejemplo, chucrut, té Kombucha o derivados fermentados de la soja, el miso o el tamari.
Como veis, empezar el curso preparado en todos los sentidos es fundamental. Nuestro organismo es nuestro principal pilar y por tanto tenemos que cuidarlo y mimarlo para la nueva etapa que comienza.


En MiraDA queremos recordaros que retomamos el servicio de nutrición ortomolecular para mejorar nuestro intestino y así también nuestro cerebro, para estar más sanos y mas concentrados en nuestras tareas cotidianas. La nutrición ortomolecular es el estudio de los mecanismos bioquímicos gracias a los cuales se asimilan y metabolizan los nutrientes que son indispensables para la vida y de cómo su ausencia afecta al organismo.Este tipo de nutrición es usada para tratar diversas enfermedades y es muy habitual como terapia preventiva. Permanece atento a nuestro blog o ven a vernos para saber más. ¡Te esperamos!

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