En la entrada de hoy queremos hablar de una situación con relativa frecuencia entre los niños: la escritura especular o en espejo. ¿Por qué ocurre?
En el momento del nacimiento y durante los meses posteriores a este nuestros hijos actúan impulsados por sus reflejos primitivos (mencionados en entradas anteriores de nuestro blog), pero a medida que crecen comienzan a desarrollar habilidades por medio de la experiencia. Por ejemplo, desarrollan la psicomotricidad fina usando las manos para coger objetos, agarrarlos, y luego con acciones más complejas. También a nivel motor comienzan a arrastrarse, a gatear y luego a correr. Todo ello hará que poco a poco vayan realizando ejercicios más difíciles y también se establezca la dominancia de la mano, el pie, el oído y el ojo.
Alrededor de los 5 años nuestro hijo ya debe saber cuál es su mano derecha e izquierda y a los 8 debe identificarlas en otra persona y en dos objetos. Cuando la lateralidad no se ha asentado en este periodo el niño comienza a tener dificultades a la hora de escribir, puesto que no tiene automatizadas las bases de la lateralidad, y puede manifestarse con este tipo de escritura.
Si bien, es cierto que un niño puede tener asentada su lateralidad y presentar este fenómeno. La percepción visual también participa en este proceso, cuando alguna de sus habilidades no funciona adecuadamente identificando similitudes y diferencias entre las letras ocurre esta escritura. Por ejemplo es habitual que confundan letras como la “b” y la “d” y/o la “p” y la “q”.
En MiraDA ofrecemos terapias personalizadas según la dificultad que presente cada paciente, entrenando todas aquellas habilidades que no estén en su máximo potencial para que desaparezcan este tipo de dificultades.