Es un movimiento involuntario, generalmente bilateral y conjugado cuya dirección puede ser rotatoria, vertical, o la más frecuente horizontal. Generalmente se ven comprometidos factores oculares como la agudeza visual (vista), la fijación, los movimientos oculares, la propiocepción…
Los síntomas más comunes son: dificultades de visión a nivel de agudeza visual, problemas de aprendizaje derivados de salto de renglones, confusión de letras o palabras, visión doble, baja localización espacial, problemas en el cálculo de distancias
Con la terapia visual enseñamos al paciente a sentir sus ojos (propiocepción) para que aprenda a controlar y disminuir este movimiento involuntario, así como también a usar su visión periférica para mejorar las habilidades que estén afectadas.