El cambio de milenio nos ha traído una nueva enfermedad visual: la fatiga provocada por la exposición prolongada a dispositivos electrónicos. Aunque la existencia de esta patología se lleva anunciando desde hace años, ha sido ahora cuando ‘The Vision Council’ ha hecho público su informe anual en el que afirma que el 73% de los millennials ( término con el que designan a la generación cuyos miembros poseen menos de 30 años, tienen estudios, han sido criados en un ambiente económico medio-alto y son consumidores de tecnología ) padecen síntomas de fatiga visual tales como sequedad e irritación en los ojos, dolores de cabeza, cuellos e incluso espalda y visión borrosa. ¿El motivo? Abuso de las pantallas digitales.
Tradicionalmente, hemos ido a clase con papel y bolígrafo pero desde hace unos años el uso de tecnología se está imponiendo en nuestras aulas. La educación es más virtual, los libros son digitales, se corrigen los ejercicios on-line y los trabajos se mandan por correo. Esto hace que nuestra exposición a este tipo de dispositivos sea más elevada de lo recomendable.
¿Qué efectos tiene el uso excesivo de dispositivos electrónicos en nuestros ojos?
Provoca fatiga visual. Sequedad y picor en los ojos, visión borrosa y dolores de cabeza, cuello y espalda. Todo por el afán de enfocar pequeños píxeles que realmente son móviles y por frenar inconscientemente nuestro parpadeo.
Pero hay más. La exposición prolongada a la luz de onda corta que emiten estos aparatos provoca daños irreversibles en la retina, degeneración macular y, si hablamos de sus efectos en niños, los riesgos se multiplican ya que sus tejidos son más sensibles. Además, el uso excesivo de los smartphones por ejemplo hace que aumente la tensión de nuestro sistema ocular.
¿Cómo podemos evitar estos daños?
Puesto que estos dispositivos están presenten en nuestro día y ya es difícil deshacernos de ellos, desde MiraDA tenemos varias recomendaciones:
– Protegiendo nuestros ojos con lentes específicas con filtros para la luz azul que se adaptan en una gafa convencional.
– Usando protectores de pantallas que filtran la luz azul que emiten estos dispositivos.
– Practicar la regla 30-30-30 y aliarnos al enemigo: Por cada 30 minutos de exposición a un dispositivo electrónico, debemos dar 30 minutos de descanso a nuestros ojos mirando a una distancia de 30 pies (9 metros aprox.)