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La terapia visual reduce las dificultades de aprendizaje provocadas por la dislexia

Hoy día en nuestras aulas es muy habitual encontrar numerosos casos de dislexia que, en ocasiones, han sido diagnosticados sin profundizar en el problema. Aprendamos un poco más sobre este trastorno.

Dislexia-problema

¿Qué es la dislexia? Es una patología caracterizada por la dificultad para leer causada por un impedimento cerebral relacionado con la capacidad de visualización de las palabras. Es, por tanto, una dificultad de aprendizaje que se caracteriza porque el niño no escribe ni lee a su nivel de inteligencia. Todas las dificultades de lectura no son dislexia. Por ello, resulta esencial detectar correctamente los problemas de visión para poder tratarla adecuadamente. Estos niños no tienen discapacidades intelectuales simplemente tienen un impedimento cerebral relacionado con la visión.

 

¿Qué síntomas son los más llamativos?

  • Inversión de letras cuando tratan de deletrear una palabra. Por eso,  la lectura es especialmente difícil para ellos ya que, en su cabeza, el orden es diferente.
  • Tienen dificultades para distinguir la izquierda de la derecha.
  • Las palabras cortas, de 3 o 4 letras, son las que más dificultades presentan.
  • Invierten letras como p por b, o d por b.
  • Presentan dificultades para ver si una palabra está mal escrita.
  • Sus faltas de ortografía suelen ser extrañas (merc por comer).
  • Copiado erróneo de palabras.
  • Conocen una palabra pero usan otra, como gato por casa.

 

¿Hay distintos tipos de dislexia?

Sí. A grandes rasgos la dislexia puede ser dividida en dos grandes grupos, dentro de los cuales encontramos subgrupos dependiendo de las dificultades de cada niño. Estos son:

Dislexias evolutivas o de desarrollo. En ellas el niño, sin ninguna razón aparente, presenta dificultades en el aprendizaje de la lectura. Es un desorden  que se manifiesta en la dificultad de la lectoescritura a pesar de tener una enseñanza adecuada y oportunidades socioculturales.

. Dentro de este tipo de podemos encontrar las siguientes submodalidades:

  • Dislexias periféricas: serán aquellas que afectan a la discriminación del signo lingüístico. Según el tipo de dificultad diferenciamos entre:
  • Dislexia atencional: cuando el niño puede diferenciar las letras de forma aislada pero no cuando forman parte de una palabra.
  • Dislexia visual: cuando realiza sustituciones de letras que se escriben parecido (como mesa por misa).
  • Dislexia letra a letra: donde los sujetos deletrean en lugar de leer la palabra, así por ejemplo dicen m-a-n-o en lugar de mano.

 

  • Dislexias centrales: serán aquellas en las que el niño no tiene ningún problema perceptivo para reconocer las palabras pero sí que hay alteraciones en las rutas de acceso al significado de las palabras. Dependiendo de qué ruta esté dañada, la dislexia será llamada de una u otra forma:
  • Dislexia fonológica: en la que el niño no asocia del todo un grafema con un sonido determinado por lo que no leerá bien o lo hará con dificultad ante palabras desconocidas. Es aquí donde se suelen
    realizar sustituciones del tipo “príncipe” por “principio”.
  • Dislexia superficial: caracterizada por reconocer las palabras por el sonido, pero no por el léxico en sí. En palabras homófonas la dificultad en entender el significado es especialmente difícil.
  • Dislexia semántica: será aquella en la que leen palabras pero es imposible entender qué significan. Las palabras llegan por la ruta visual pero no pueden recuperar su significado.
  • Dislexia profunda: en la que tanto la ruta fonológica como la léxica están dañadas por lo que ni se comprenden las palabras ni se leen correctamente. Es frecuente la sustitución de unos caracteres por otros o la adivinación para evitar la lectura.

 

Dislexias adquiridas: Se caracterizan porque aparece tras un traumatismo o lesión cerebral que impide al sujeto leer o escribir correctamente a pesar de que antes lo hacía sin problemas.

Al igual que ocurría con el modelo anterior, dentro de este gran grupo podemos encontrar subcategorías de dislexia dependiendo de la ruta que tengan afectada los niños. La clasificación sería igual que en el caso anterior:

  • Dislexia periférica

Dislexia de atención

Dislexia visualDislexia2

Dislexia letra a letra

  • Dislexia central

Dislexia fonológica

Dislexia superficial

Dislexia semántica

Dislexia profunda

 

¿A qué afecta la dislexia?

Como ya hemos dicho, la dislexia es un trastorno del lenguaje relacionado con la visión que se manifiesta como una dificultad en el aprendizaje de la lectura y escritura pero, además, afecta a las relaciones espacio temporales, a los dominios motrices, a la capacidad de discriminación perceptivo visual, a la capacidad de atención, a la competencia social y personal, etc.

 

¿Qué causa la dislexia?

Aunque el debate sigue abierto, entre las causas más aceptadas encontramos:

  • Causas neurológicas consistentes en una pequeña disfunción cerebral  no relacionada con ningún otro tipo de deficiencia intelectual.
  • Causas emotivas (trastornos emocionales, tensiones). Las presiones que pueden llegar a recibir por su trastorno que lo entiende erróneamente como un retraso, puede llegar a agudizar el problema.
  • Causas asociativas (dificultad para asociar una palabra con un sonido y un  significado). Las conexiones cerebrales que realizan estas funciones se presentan con muy baja actividad.
  • Causas metodológicas En algunos casos, el individuo desarrolla el trastorno por no comprender o no distinguir los conceptos de ‘fonema’ y ‘grafía’. El niño tiene dificultad para relacionar palabras y sonidos y acaba inventando otras palabras.

¿Cómo podemos tratarla?

Las dos anomalías optométricas más habituales en los niños con dislexia son la inestabilidad binocular y la baja flexibilidad acomodativa. Gracias a los ejercicios que se realizan en terapia visual conseguimos que ambas deficiencias desaparezcan poco a poco.

Enseñamos al niño a estabilizar capacidad de enfoque, a realizar una acomodación de la visión más dinámica, haciendo a su sistema ocular más flexible y ágil,  lo que le permite mirar al cuaderno y a la pizarra alternativamente y, en definitiva, le enseñamos a usar mejor su visión, haciendo que perciba mejor las letras y haciendo que desaparezcan las dificultades en la escritura y la lectura.

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